El Cable Car, o tranvía de cable, de San Francisco es un ícono reconocido mundialmente de la ciudad. Es una forma única de transporte público que utiliza un sistema de cables subterráneos para su propulsión. El sistema de Cable Cars de San Francisco es el último de su tipo que queda en operación regular en el mundo y ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.
Los Cable Cars están conectados a un cable subterráneo en todo momento durante su operación. Este cable está en constante movimiento, impulsado por motores en una estación de potencia. Los tranvías no tienen motores propios; en cambio, están equipados con un dispositivo llamado "grip" que se engancha al cable. El grip es operado por el "gripman", quien controla la velocidad y la dirección del Cable Car. Al aferrarse al cable en movimiento, el Cable Car es arrastrado hacia adelante o hacia atrás según sea necesario.
El sistema de Cable Cars de San Francisco tiene sus raíces en la década de 1860. Antes de la invención de los Cable Cars, los tranvías eran impulsados por caballos, pero San Francisco tenía una topografía única con colinas empinadas que hacían difícil y peligroso el transporte por caballos. Andrew Smith Hallidie, un inventor, diseñó y construyó el primer sistema de Cable Car en respuesta a esta necesidad.
El 2 de agosto de 1873, se inauguró la primera línea de Cable Car en San Francisco, que corría desde la calle Clay hasta la calle Kearny. Este sistema revolucionó el transporte en la ciudad y permitió a los residentes y visitantes moverse más fácilmente por las empinadas colinas.
Durante el apogeo de los Cable Cars en la década de 1880, San Francisco contaba con más de 23 líneas diferentes que recorrían la ciudad. Sin embargo, con el tiempo, la llegada de sistemas de transporte más modernos, como los tranvías eléctricos y los autobuses, llevaron al declive de los Cable Cars. Para la década de 1940, solo quedaban unas pocas líneas en funcionamiento.
Sin embargo, el interés renovado en preservar la historia y el patrimonio de San Francisco llevó a la ciudad a declarar los Cable Cars como Monumento Histórico Nacional en la década de 1960. Desde entonces, se han realizado esfuerzos significativos para mantener y restaurar los Cable Cars, y hoy en día son una atracción turística popular y una parte integral de la identidad de San Francisco.
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